La educación inclusiva es un derecho y debemos seguir luchando por su cumplimiento. En ASDRA, trabajamos hace más de tres décadas en este sentido y hemos avanzado muchísimo.
Mientras tanto, las familias nos seguimos encontrando con instituciones que no están preparadas para recibir a nuestros hijos e hijas con discapacidad. En estos casos, muchas veces nos tenemos que enfrentar a decisiones que no son las que esperábamos pero que serán lo mejor para su desarrollo.
En esta ocasión, compartimos la experiencia de Victoria, coordinadora del grupo de apoyo Jugando de ASDRA sobre por qué la escuela especial es en este momento el mejor lugar para la educación de su hija Juana:
Sobre mi experiencia como Mamá de Juana, quiero transmitir que la ansiedad no es una buena consejera en general.
Cuando pensamos en la inclusión escolar, esa es, a la que todos los padres apuntamos desde un inicio. Juana hizo todo el nivel inicial en escuela común con su integradora, pero llegando a sala de 5, nos dimos cuenta que no estábamos respetando sus procesos y tiempos. Juana requería más tiempo para poder alcanzar los objetivos y eso no se solucionaba con las adecuaciones curriculares.

En este punto lo que quiero decir es que a veces tenemos que ver al niño y no solamente la carrera por lograr que este incluido en un espacio donde finalmente no termina de lograr esos objetivos.
Y requiere otro espacio con otra metodología. La premisa es nunca tomarlo como un fracaso sino como una adquisición de otro tipo de herramientas que sí le permitan alcanzarlos.
Hicimos el cambio y los resultados fueron muy buenos. Tanto para ella como para nosotros.
Y vos, ¿cómo supiste cuál era la mejor educación para tu hijo/a?