Mi experiencia como hermana: aprendizajes que me dejó la niñez

¡Hola! Me presento: mi nombre es Natalia, tengo 26 años y soy hermana de Franco, de 20.

Pienso que hablar de discapacidad es desafiante, incómodo, te genera cierta resistencia. No es que una no quiera hablar del tema, es que en mi experiencia siempre prevaleció la emoción antes que la naturaleza de hablar de ello, como un tema más de la vida.

El “problema” y el foco del asunto en mi opinión, y es algo que aprendí hace muy poco, está justamente ahí. La discapacidad existe, pero la dificultad no está exclusivamente en la persona que la lleva, sino en nosotros, los demás, quienes nos consideramos normales porque somos funcionales al sistema que exige que: trabajes, estudies, lleves una vida “independiente”, tengas vida social, te adaptes a ochenta cambios culturales y sociales al mismo tiempo, que lidies con tus propias ansiedades,  historia de vida y que no muestres mucha vulnerabilidad porque sino “sos muy intensx”.

Hoy agradezco haber tenido la oportunidad de haberme despertado y de haber conectado con esa niña sensible, que amaba a su hermano y que lo admiraba.

Entonces, al estar acostumbrados a llevar un estilo de vida donde siempre tenés que estar “corriendo” para llegar a cumplir tus responsabilidades, durante el otro poco tiempo que te queda, si tenés suerte, capaz podes reflexionar sobre estas cosas o capaz que no. El tema de la diversidad y la dificultad de hablar y de excluir es que en mayor parte no nos enseñan que todxs somos personas y que la compasión y la tolerancia deberían ser los valores más hermosos y valiosos, más que el estatus o el nivel adquisitivo.

Estoy mencionando esto solo para decir que ese es mi consejo: cuando llegue esa persona a la vida de una familia prediquemos por la potencialidad que tenemos todos como seres humanos.

[Agrego que la “Convención sobre las personas con discapacidad” tiene que estar muy presente en esas consultas médicas o terapéuticas para que la familia sepa los derechos que tienen las personas con discapacidad.]

Que la discriminación siempre habla de la incapacidad del otro de lidiar con alguien diferente, y ¡¡¡esto es mega importante!!! No nos atribuyamos la culpa, seamos compasivos, enseñemos que a esa persona le está costando relacionarse y elevemos el valor y el orgullo del que tiene que lidiar con la dificultad del otro.

Hay muchísimo que podría decir desde recuerdos, reflexiones, “críticas” pero prefiero quedarme con esto: siempre me generó cierta nostalgia que cuando Fran tenía 2 o 3 años yo me desbordaba de la risa con sus balbuceos, yo me desvivía de amor por él. Y cuando fue creciendo y en el colegio se empezaron a ver las “diferencias” entre los hermanos y yo, al mismo tiempo fui acorazonado mi sensibilidad porque sino sentía que no me incluían (esto me parece super interesante). Se fue generando una brecha que cada vez fue más grande, al punto que pasaron años, toda mi adolescencia sinceramente, y yo con mi hermano no me vinculaba si no era para “cuidarlo”.

Hoy agradezco haber tenido la oportunidad de haberme despertado y de haber conectado con esa niña sensible, que amaba a su hermano y que lo admiraba.

Mi hermano tiene dificultades en el habla, pero tiene la capacidad del perdón y del amor más grande que conozco, porque siento que me perdonó a mí, que hoy me animo a acercarme desde mi intención de aprender a ponerme en su lugar, que no es fácil, porque él sabe estar sin necesidad de llenar el aire con palabras.

Espero haber expresado algo que pueda ayudar a deconstruir y espero que el amor gane siempre ante cualquier adversidad.

Por Natalia Varela, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Y vos, ¿qué aprendizajes tuviste o ves desde la experiencia de hermanos/as?

4 thoughts on “Mi experiencia como hermana: aprendizajes que me dejó la niñez

  • Marcelo Varela

    Que orgullo enorme el texto de mi hija. Muy feliz de tu crecimiento cómo hermana. Lo que hicimos mal ya no lo podemos remediar, sólo queda mirar para adelante y que la experiencia les pueda servir a otros

  • Fernanda Ojea

    Hermosa hermana,precioso regalo tu texto,reconocer cuando tenemos un buen vínculo es diferente a “cuidar”, y también nos pasa a los padres y hay que volver a replantearlo…
    Lindo,muy lindo encontrarte aquí ,NV…cómo dice tu papá.
    Y gracias,por tu sagaz y amoroso corazon

  • Valeria Follonier

    Qué hermoso relato, Naty Varela ! Me lleva también a mi propia reflexión como madre. Todos hemos tenido momentos de más o menos conexión con el otro. Y todos hemos tenido que darnos la chance de conocer y llegar al otro desde el amor genuino, más que desde la palabra, para poder construir vínculo. Me alegra profundamente que hayas podido hacer esto con Franco. Qué suerte para Nancy y Marcelo contar con dos hijos que sin duda, los llenan de orgullo !

  • Sabri

    Wowww Nati!! qué potente tu mensaje. Gracias!!
    Qué suerte tiene Franco en tenerte como hermana. Porque sos sincera, directa y contundente. Porque el vínculo entre ustedes es genuino, sin más, sin tapujos, como tu mensaje. Gracias porque tu “despertar” no es más que un proceso personal que cada uno hace, como hermana o hermano, como madre o padre y lo compartiste acá!! . Llenaste este espacio con palabras y amor. Palabras que me llegaron al corazón y hasta se me piantó un lagrimón. Me hiciste pensar que como madre, tal vez fui injusta con mis otros hijos e hija, sin síndrome de Down, por esperar cosas que “deberían hacer” como hermanos… y seguramente las que hacen son tan espectaculares como tu despertar y empatía de hoy y no las vi.

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